Cuaresma (1)
Palabras para la entrada a la Cuaresma:
Queridas hermanas, devota y sinceramente os saludo en el año jubilar, el año de la fidelidad a nuestro carisma ¿Qué hacemos, queridas hermanas, para vivir santamente este tiempo de Cuaresma? ¿Para que estemos junto a Jesús sufriente no solo con nuestra compasión sino también con toda nuestra actividad de amor misericordiso? Somos la Iglesia militante y peregrina. Para nosotras no existe la comodidad tranquila. Armadas del carisma de la contemplación y la misericordia, nos embarcamos por el camino del amor perfecto y nos decidimos a intentar y esforzarnos constantemente a que Jesús misericordioso se haga visible a través de nuestro humilde servicio. Nuestro amor, especialmente a nuestras hermanas, debe ser capaz de sacrificio. De lo contrario no es verdadero amor. Sin morir a sí mismas no iremos adelante. Bombeemosle fuerza, coraje y luz de la Pasión de Nuestro Señor. Observemos la cruz de Cristo, meditemos su doloroso camino al patíbulo en compañía de la Madre dolorosa, para que también nosotros podamos aceptar nuestra propia parte con todo su peso.
(Carta de la Madre Adalberta en Cuaresma, 1979)