Cuaresma (3)
Via Crucis
En la meditación de la Pasión de Nuestro Señor encontramos coraje y perseverancia para caminar con Cristo por el via crucis de nuestras vidas.
El propósito del Vía Crucis es:
- gratitud y...
- piedad con el Crucificado
La Cruz nos muestra el amor radical que se entrega totalmente por los demás. La cruz es el grito del amor de Dios que se lanza a la humillación, para, de esta manera, salvar a la humanidad. De la mejor forma que podemos glorificar a Dios es aceptando su don de salvación, y así lo reconocemos como nuestro único Señor.
Jesús trajo su sufrimiento y su muerte de amor como un sacrificio de adoración a su Padre. Si queremos seguir a nuestro Señor, si lo queremos amar, adorarlo y cumplir su voluntad salvífica, tenemos que estar dispuestos a ir también por el camino de la cruz y morir como el grano de trigo que justamente trae frutos con su muerte. En el Via Crucis pues, también entendemos que el sufrimiento de Cristo aún no se ha completado en su pleno sentido. Cristo sufre aun en sus miembros. Su deseo es que nosotros, como miembros de su Cuerpo Místico, soportamos todo el sufrimiento que nos encontremos en la tierra. Él nos quiere, como Hermanas de la Misericordia, que estemos siempre en el Via Crucis de la humanidad que sufre… sus siervas, con actividades de ayuda y compasión y amor desinteresado. Con esto apoyaremos a la Cabeza sufriente del Cuerpo Místico de Cristo y a la Iglesia Militante. Así emitimos el testimonio de que Cristo es nuestro acompañante en la vida y en la muerte, y en la esperanza en la herencia de su gloria con el Padre. Fijémonos principalmente en el Señor crucificado que sufre por nuestros pecados. En Él aprendemos la humildad, la pobreza, la obediencia, la paciencia y demás virtudes. Aquí encendemos nuestro amor misericordioso al prójimo y un continuo y creciente amor a Dios.