Palabras (2)

Recuerde que solamente la persona que está encendida es capaz de quemar a otra. Sin pasión vamos a hacer sólo lo que debemos hacer y fácilmente nos deslizaremos a la rutina que mata la fe. Para nosotros son peligrosas esas pequeñas concesiones del ideal y la pérdida de la lealtad en lo pequeño. Comprometámonos con diligencia para volver al espíritu inicial, al espíritu de nuestras fundadoras. Que el camino más corto a la santidad es el camino del propio carisma y espiritualidad. ¡A la luz del Espíritu Santo y por la intercesión de Inmaculada Virgen María conquistemos el reino de Dios en nuestras comunidades y en el mundo! ¡Que la llama del Espíritu Santo arda en vuestros corazones! Amén. Aleluya. (de la Madre Adalberta para un encuentro de superioras y magísters, abril 1985)